MARÍA JESÚS CACHAZO
Dos consejeros delegados de Azucarera
y el responsable del área de seguridad e higiene en el trabajo comparecerán el 7
de mayo en el Juzgado como imputados, tras la querella presentada por familiares
de fallecidos y afectados, presuntamente, por la exposición al amianto en la
planta toresana. Así lo confirmó el abogado de los querellantes, Ramón Oria, a
la salida del Juzgado de Toro en el que ayer cuatro nuevos afectados, las viudas
de tres trabajadores y un empleado, ratificaron la denuncia contra la Azucarera
por presuntos delitos de homicidio imprudente y contra la seguridad de los
trabajadores. El letrado explicó que, una vez ratificada la querella, el
siguiente paso será «la declaración como imputados» de dos consejeros delegados,
aunque también ha sido citado el que fuera «responsable directo» de la
aplicación de medidas de higiene y seguridad en el trabajo en la Azucarera de
Toro.
Explicó Oria que los responsables de la compañía que han sido
citados para prestar declaración como imputados en este caso, deberán personarse
en sede judicial acompañados de abogados y procuradores y tendrán que contestar
a las preguntas que formule la defensa. Además el letrado señaló que, con toda
probabilidad, en la declaración de los imputados estará presente el Ministerio
Fiscal que podrá interrogar a los citados. No obstante, el abogado de los
querellantes subrayó que el proceso «sigue abierto» por lo que es probable que
más responsables de la compañía puedan ser citados, en calidad de imputados,
para prestar declaración sobre los hechos denunciados y «la actuación de cada
persona».
Por otra parte, el letrado destacó que, la compañía, ha
intentado «obstaculizar» la petición formulada por la defensa para que prestasen
declaración los máximos responsables de la Azucarera alegando que, hace años, no
ostentaban cargos de responsabilidad. Sin embargo, el juez ha estimado la
conveniencia de que comparecieran para tratar de esclarecer los hechos que se
relatan en la querella.
Asimismo, Oria recordó que el Juzgado ha
aceptado la imposición de las medidas cautelares que habían solicitado los
querellantes. Con la primera de estas medidas, se prohibe a la Azucarera que,
mientras se instruyen las diligencias del caso se altere cualquier elemento fijo
o móvil que pudiera destruir pruebas, no sólo en la factoría toresana sino
también en otros centros de la compañía. Ante esta decisión, la Azucarera ha
trasladado al Juzgado su oposición, alegando que tiene que ejecutar trabajos de
reparación y mantenimiento «urgentes» y que, si se prohibe su realización,
tendrá que cerrar la planta de Toro. Sin embargo, la defensa de los querellantes
ha reclamado que la empresa especifique de forma concreta y detallada qué
trabajos tiene previsto ejecutar en las instalaciones, con el objetivo de que
estas reparaciones no supongan la destrucción de posibles pruebas.